Uno de los mejores horizontes del valle del Ara
Suerio (1.954 m), Punta Fobions (1.934 m) y Punta Corona (1.941 m) desde Asín de Broto
La Sierra de la Corona, con la iglesia del despoblado de Lavelilla en primer término.
La Sierra de la Corona es una más entre los colosos prepirenaicos que escoltan al río Ara en su breve recorrido desde que abandona las grandes alturas pirenaicas hasta unirse al Cinca en Aínsa. Sin embargo, esta sierra guarda una particularidad: es la única de sus congéneres que se sitúa en el interior de la curva que describe el Ara antes de internarse en la Hoz de Jánovas. Por ello, su pelada cabeza aparece aislada y perfectamente visible dentro de este valle, lo que además le confiere la mayor prominencia de todo este sector del Sobrarbe, superando con holgura los 600 metros. Elevándose más de mil metros sobre las cristalinas aguas del Ara, la Sierra de la Corona se presenta como un único bloque montañoso coronado por tres domos herbosos: la Punta Fobions, la Punta Corona y el Suerio, siendo este último el más alto de la tríada, quedándose a apenas 50 metros de los 2000. Pero el mayor atractivo de este macizo son, sin duda, las vistas incomparables que ofrece sobre el valle del Ara: desde su desembocadura, bajo la atenta mirada de la Peña Montañesa, hasta su nacimiento, junto a la descomunal fortaleza del Vignemale. Y no solo eso, pues su ubicación privilegiada brinda además una visión frontal de uno de los macizos más legendarios del Pirineo, el de Ordesa, pudiendo ver la vertiente sur de las Tres Sorores en toda su esplendorosa magnitud. Por todo ello, el ascenso a la Sierra de la Corona es especialmente recomendable en jornadas despejadas, pues en este caso podremos gozar de uno de los miradores más impresionantes del Pirineo Central.
Desnivel950 m
Longitud13,7 km
Altura mínima1.090 m
Altura máxima1.954 m
Dificultad técnicaNula. Recorrido siempre por pistas, caminos o terreno muy cómodo.
Track en WikilocMapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix
El pequeño pueblo de Asín de Broto es el punto de partida para esta excursión. El pueblo en sí no tiene ningún parking habilitado, por lo que tendremos que aparcar el coche en algún ensanchamiento de la carretera que cruza el pueblo, habiendo varios lugares donde, con cuidado, se puede dejar el vehículo. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace a Google Maps.
Asín de Broto es un pueblo pequeño, situado trescientos metros por encima del río Ara, ya en las laderas de la Sierra de la Corona. Al aparcar a su principio, lo tenemos que cruzar, lo que hacemos rápidamente y, siguiendo la pista que empieza al llegar a las últimas casas, tomamos el PR que indica el camino hacia la Ermita de San Mamés.
El pedregoso camino asciende junto a un murete de separación de terrenos hasta llegar a una bifurcación. Aunque el ramal de la izquierda conduce igualmente a la cima de la Sierra de la Corona (de forma más directa), lo reservaremos para el regreso. Por ahora, seguimos el itinerario que se dirige a San Mamés.
San Mamés es una ermita bellamente colgada de las laderas del macizo y presumimos que será un magnífico balcón sobre el río Ara. Además, su visita nos permitirá realizar una circular, de ahí el motivo del desvío.
El sendero desemboca en una pista que asciende con fuerza un centenar largo de metros hasta que, al llegar a la altura de la ermita...
...tomamos un sendero que, manteniendo altura, se dirige a ella, alcanzándola en pocos minutos.
Efectivamente, la ermita es un mirador excelente, especialmente hacia la Peña Canciás, otro de los gigantes del Sobrarbe, con su desnuda pared de conglomerado emergiendo más de 1200 metros sobre el pueblo de Fiscal, visible junto al río Ara.
También podemos observar el valle de entrada al Sobrepuerto, conocido por la gran cantidad de despoblados que salpican las laderas del Oturia (que vemos al fondo) y de Manchoya, a la derecha. La Sierra de la Corona tampoco es ajena a este triste fenómeno, pues conserva varios pueblos abandonados a lo largo de este siglo XX, debido a las malas comunicaciones y duras condiciones climáticas.
Mirando valle arriba empiezan a aparecer las nevadas montañas del Pirineo: de momento destaca la Sierra Tendeñera, con el pico del mismo nombre, de inconfundible forma trapezoidal, a la izquierda, y el Otal a la derecha.
Nuestro objetivo está al este, aunque queda tan encima de nuestras cabezas que la Punta Fobions apenas sobresale del perfil de la cresta. No lo atacaremos directamente, sino que utilizaremos la larga arista sur, que se recorta claramente contra el horizonte.
Desde la ermita volvemos a la pista, atravesando un prado, y la recorremos a lo largo de un kilómetro más, hasta llegar a...
...esta bifurcación, donde ignoramos la pista de la derecha, que baja hacia el despoblado de Sasé, y seguimos subiendo.
El carril empieza a trazar zigzags para superar los 100 metros de desnivel que restan hasta el collado donde ganaremos la arista de la sierra.
Una vez en el collado, se despeja la ruta que tendremos que seguir a partir de ahora. La pista continúa hasta lo alto de la Sierra de la Corona, al principio por la misma arista, y luego utilizando la cara oeste de la Punta Fobions, cuya cumbre tenemos delante.
Las otras dos cimas de la tríada, la Punta Corona y el Suerio, quedan más a la derecha, rematando una suave ladera de matorral.
Al ganar la arista, las montañas orientales, hasta ahora escondidas, se muestran al fin, como el macizo del Cotiella en toda su extensión.
Tras un tramo suave, llegamos a la base del cono somital de la Punta Fobions. Para salvar la pendiente, la pista entra en la cara oeste para trazar una larga lazada. Sin embargo, siguiendo hitos, nosotros seguimos de frente.
Quizá antes existiera algún sendero, pero hoy el boj invade la práctica totalidad de la ladera, dificultando bastante el avance. Aprovechamos siempre que podemos los pasillos rocosos para ir ganando metros y aún así, en algún momento tenemos que comernos algún tramo de boj. Obligatorio llevar pantalones largos si no se desea una sesión de "peeling" gratuita.
Ascendidos 100 metros de desnivel, el boj deja paso a la hierba, circunstancia que nos permite ascender mucho más cómodamente.
Pasados los 1800 metros de altura, enlazamos de nuevo con la pista, ya muy próximos a la Punta Fobions.
La pista sortea esta cima por la izquierda por lo que, cuando el terreno lo permite, la abandonamos y subimos directamente a la cumbre.
Un gran hito señala la cumbre de la Punta Fobions, la más baja de las tres que conforman la Sierra de la Corona pero también la más individualizada.
La Punta Corona y el Suerio, nuestros siguientes objetivos, se presentan como dos apacibles domos herbosos separados por un pequeño collado.
Lo que empieza a resultar impresionante es el panorama hacia el norte, con el macizo de Ordesa mostrándonos sus mejores galas. En el Suerio tendremos la oportunidad de contemplarlo aún mejor.
Descendemos rápidamente al collado y comprobamos como la pista, que llega hasta este punto, se transforma en un sendero que, trazando una diagonal por la cara sur de la Punta Corona, se dirige al collado que separa esta cima del Suerio.
Aunque desde lejos parecía que las cimas eran bastante herbosas, en realidad sus laderas están salpicadas de lisas rocas calizas que delatan la naturaleza calcárea del macizo.
La parte superior de la cima sí que está cubierta de pradera, por lo que el tramo final es bien plácido.
De esta forma llegamos a la amable cima del Suerio, punto culminante de la Sierra de la Corona y cumbre más prominente del Sobrarbe occidental. Tras el vértice geodésico, podemos ver como el río Ara se interna en la Foz de Jánovas para, al llegar a los pies de la Peña Montañesa, unirse con el Cinca.
Tal como ya se anticipaba en la introducción, el Suerio es uno de los mejores miraderos del tramo central del Pirineo Aragonés, puesto que sus vistas abarcan desde el macizo de la Maladeta hasta las montañas de la Jacetania; 100 km de Pirineo ante nuestros ojos. A pesar de que el día no es especialmente claro y la Maladeta está algo difuminada sí que hacia esa dirección podemos distinguir...
...el macizo de Posets y los Eristes, alineados con los Sestrales. A la izquierda, la pala blanca de la Punta Suelza.
Al norte se abre una de esas vistas que cortan la respiración: el macizo del Monte Perdido al completo, desde los Gabietos y el Taillón a la izquierda hasta las montañas de Pineta a la derecha. Y, en el centro...
...las majestuosas Tres Sorores: el Cilindro de Marboré, el Monte Perdido y el Pico de Añisclo o Soum de Ramond. Probablemente, la tríada más famosa de todo el Pirineo.
Nos sorprende divisar como, a través del boquete del Cañón de Añisclo, que separa las Tres Sorores de la Sierra de las Sucas, se alcanza a ver la Munia y el Robiñera, otros dos soberbios tresmiles pirenaicos.
Más al oeste, observamos el primer tramo del joven Ara, que nace a los pies de otra montaña de leyenda...
El Vignemale considerada por muchos como la montaña más alpina del Pirineo.
Para terminar con la panorámica, el límite occidental de lo que se puede llegar a ver desde el Suerio, ya en el Pirineo Occidental: el Collarada y la Peña Telera, con su monstruosa cara norte cayendo a pico sobre el valle del río Gállego.
Ante semejante espectáculo resulta casi obligado demorarse largo rato en la cima del Suerio. Sin embargo, toca pensar en el regreso, para el que tendremos que volver a la Punta Fobions. Pero antes, nos pasaremos por la modesta Punta Corona, la punta central del trío.
Para llegar a ella, descendemos al elevado collado y remontamos apenas 20 metros por la hierba.
Con la Punta Corona cerramos el terceto de la sierra que lleva el mismo nombre. Como las vistas son las mismas que desde el Suerio, no nos entretenemos y proseguimos con la ruta.
Primero descendemos al collado con la Punta Fobions, por una ladera de pequeñas lajas calizas.
Después tomamos la pista que rodea la Punta Fobions por el oeste, aunque no la seguiremos mucho rato.
Cuando estamos en medio de la cara oeste de la Punta Fobions, abandonamos la pista y nos lanzamos por la inmensa pendiente herbosa que vemos a la derecha.
La pendiente, empinada pero franca, nos conduce directamente hacia Asín de Broto, visible allá abajo, a unos 3 km y 800 metros de desnivel.
La mitad del desnivel lo perderemos por esta gran loma herbosa, de muy buen descenso, aunque en la parte alta debemos sortear algunos hundimientos del terreno, característicos de las montañas calizas.
Aunque aparecen trazas de sendero, probablemente de ganado, no son necesarias: basta con seguir la lógica de la ladera hasta su base, donde comienza el bosque justo en el arranque de una pista.
A partir de este punto, seguiremos el camino que, trazando anchos zigzags, sigue bajando por la cara oeste de la sierra.
Poco más abajo, cruzamos una pista, con indicaciones a la Fuente del Patro. La ignoramos, y seguimos bajando por el sendero, ahora acompañados por marcas de itinerario BTT.
Y aunque el sendero a veces se pierda al cruzar algunos prados...
...siempre podemos contar con que al otro lado va a reaparecer.
Sobre los 1400 metros, la vegetación se vuelve más propia a la de media montaña y el sendero se torna bastante pedregoso.
Algo más adelante, nos volvemos a encontrar con una bifurcación. Aunque los dos ramales llevan a Asín de Broto, nosotros seguiremos las marcas de BTT, y giraremos a la izquierda, tomando el sendero más directo.
En poco rato enlazamos con la pista que va de Asín de Broto a San Mamés y giramos a la derecha.
Apenas unos metros después, tomamos el sendero que nos devuelve al punto de partida, finalizando esta panorámica ruta a la Sierra de la Corona.