La gran circular de Agulles y els Frares

Circular de les Agulles, Roca Foradada, Castell de la Guàrdia (857 m) y Miranda del Príncep (993 m)

Roca Foradada y les Agulles desde el Castell de la Guàrdia

Andar por las profundidades de este sector es una aventura solo apta para el senderista avezado a no ser que se realice la llamada Volta a les Agulles y els Frares. Por este nombre se conoce a un camino que rodea estas dos agrestes regiones y que evita las complicaciones que se suelen asociar a esta zona. Este buen camino nos permitirá conocer el corazón del sector oriental, pudiendo gozar de magníficas perspectivas de les Agulles y dels Frares, tanto de sus agujas meridionales como de su imponente frontón septentrional, sin apenas dificultades técnicas. La vuelta se puede aderezar con la visita a la afamada Roca Foradada, uno de los grandes atractivos del macizo, y con el breve ascenso al Castell de la Guàrdia, una modesta cumbre que, al quedar fuera del macizo, ofrece una de las mejores perspectivas de la parte occidental del mismo. Y para el caminante que quiera un poco más de picante a esta preciosa ruta, se ofrece la posibilidad de ascender a una de las agujas más emblemáticas del sector, la Miranda del Príncep, con un ascenso bastante entretenido y que nos dará el punto de adrenalina montserratina para completar de forma magnífica por el sector más inhóspito de Montserrat.

El legendario macizo de Montserrat, centro neurálgico de la cultura y misticismo catalán, está formado por dos sectores, separados por la profunda canal del Migdia. Mientras que el sector oriental, donde se encuentra la Miranda de Sant Jeroni, la mayor altura de la montaña, es pasto de las multitudes de turistas que se aventuran por los alrededores de la Abadía, el sector occidental es víctima (o premio, según se mire) de la soledad más absoluta. Esta zona de Montserrat es reino de las cabras y de los escaladores, que se afanan en escalar las centenares de agujas que surgen abruptamente del cerrado bosque montserratino, formando un intrincado laberinto por el cual es muy difícil transitar. Por las agrestes regiones de Agulles, Frares Encantats o els Ecos no vamos a encontrar a ningún turista ni dominguero, pudiendo gozar del auténtico sabor a Montserrat.

El Bisbe y el Serrat del Centenar desde la Roca Foradada

FICHA TÉCNICA

Desnivel560 m

Longitud9,4 km

Altura mínima700 m

Altura máxima993 m

Dificultad técnicaFlanqueo algo expuesto por conglomerado en el acceso a la Miranda del Príncep. El ascenso a esta cumbre transcurre por una canal muy empinada.

Track en Wikiloc

Mapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix

Acceso

El punto de acceso es el parking de Can Maçana, que tiene bastantes plazas de aparcamiento, aunque, como siempre en Montserrat, mejor llegar pronto para evitar que se pueda llenar. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace a Google Maps.

Fotodescripción

Empezamos la jornada en el parking de Can Maçana, punto principal de entrada a la parte occidental de Montserrat. Como se puede observar, la cantidad de gente es muchísimo menor al otro lado del macizo. En toda la jornada apenas nos encontraremos con unas pocas personas.

Empezamos andando por la pista de tierra que sube hacia el este, pasando una valla que impide el paso a vehículos motorizados.

No tardamos en encontrarnos con el desvío a la ermita de Sant Pau Vell. Como queremos ascender al Castell de la Guàrdia, la cumbre que está encima de la ermita, tomamos el ancho camino que en apenas 5 minutos nos lleva a...

...la ermita de Sant Pau Vell, la vieja ermita que hacía las veces de capilla del castillo situado en lo alto de la montaña situada detrás.

El sendero hacia lo alto del Castell de la Guàrdia empieza justo detrás de la ermita.

40 metros de desnivel nos separan del mogote de conglomerado que conforma la cumbre, primero teniendo que superar un tramo de arbustos bastante cerrado.

Posteriormente, tenemos que superar algún tramo de trepada por el conglomerado, muy elemental. Además, aparecen unas marcas azules que nos guían por el mejor camino.

Tras un corto flanqueo por la derecha y un último paso de trepada, llegamos a la ancha cumbre del Castell de la Guàrdia, aunque del castillo no queda casi nada. En la cima solo hay una estructura espiral y un pequeño hito.

El principal motivo por el cual se asciende a esta cumbre es para tener esta maravillosa perspectiva de la muralla occidental de Montserrat, formada por las mil y una agujas de, perdón por la redundancia, les Agulles. Este sector termina en el punto donde sale el escarpe rocoso donde se encuentra la Roca Foradada, que visitaremos a la vuelta, empezando a partir de ahí el sector dels Frares Encantats. Son las dos regiones de Montserrat que vamos a visitar en esta circular. Para entrar dentro de la fortaleza montserratina, utilizaremos el Pas de la Portella, situado justo a la izquierda de la aguja homónima, la segunda por la derecha.

Volvemos a la pista principal y empezamos a acercarnos a la muralla.

Poco después nos plantamos en el ancho Coll de Guirló, importante cruce de caminos. De momento seguimos por el camino que sigue recto, pero solo brevemente...

...puesto que en apenas unos metros nos desviaremos hacia el sendero que se desvía del GR para ir hacia el refugio Vicenç Barbé, situado ya dentro del macizo.

El sendero, más estrecho pero muy bien marcado, traza una diagonal ascendente en dirección a la aparentemente infranqueable muralla de les Agulles.

Cuando llegamos a la base de la oronda torre de la Roca de la Portella parece que el paso se cierra definitivamente...

Pero el sendero encuentra uno de los escasos pasos que acceden al corazón de Montserrat; una estrecha canal bastante escondida que nos permitirá franquear la muralla y entrar dentro del macizo.

La canal no es muy empinada, pero está muy rota tanto por las torrenteras como por el paso de innumerables caminantes, pues este es la principal (por no decir única) vía de entrada a esta parte de Montserrat.

Al llegar al otro lado, la monolítica muralla de les Agulles desaparece y nos encontramos con que, dentro del macizo, aparecen muchos pilares más de los que se veían desde fuera. Estamos en el sector con más densidad de agujas de todo el macizo, de ahí el nombre. Entre las que se ven, destaca la magnífica Bola de la Partió, con su esférica cumbre aguantándose apenas por una estrecha franja de roca.

Desde el Pas de la Portella, descendemos unos metros siguiendo el PR y en no mucho tiempo llegamos a...

...el Refugi Vicenç Barbé o d'Agulles, único refugio de Montserrat y lugar de descanso para los miles de escaladores que cada año intentan conquistar alguna de las airosas agujas de Montserrat, como lo hizo el legendario escalador que le da nombre al refugio, que murió precisamente al intentar coronar una de estas columnas de conglomerado.

Desde el refugio se tiene una privilegiada vista del laberinto de Agulles, desde la masiva Miranda de les Boïgues hasta la más alta Boteruda del Gra.

Más a la izquierda, siempre aislada, la Roca Gran de la Portella, por la derecha de la cual hemos accedido al núcleo de les Agulles.

Tras un rato de contemplación, seguimos nuestro camino, tomando el sendero que sale de la parte trasera del refugio y que va bajo el abrigo rocoso de la Roca de la Partió.

No tardamos en encontrarnos una bifurcación con dos de los collados más importantes de Montserrat: el Coll d'Agulles, por el que se va a la izquierda, separa les Agulles de los Frares Encantats, mientras que el Coll de Port (o Porc, según la fuente), cierra el sector de los Frares Encantats por el este. El segundo es nuestro objetivo, pues por él pasaremos a la cara norte de la montaña.

Tras ascender a un colladito, abrimos el panorama hacia el este, pudiendo ver al fin el tercer y último sector occidental de Montserrat, la región dels Ecos, la más alta de las tres. Con no mucha visibilidad por la perspectiva, también tenemos una primera imagen de la Miranda del Príncep, que es el gran domo rocoso situado en el centro de la foto.

Estamos pasando ahora por debajo de los Frares Encantats, que contiene seguramente la mayoría de las agujas más airosas del macizo como el legendario Lloro, cuyo pico empezamos a intuir.

Cuando avanzamos un poco, la Miranda del Príncep gana presencia, al desaparecer los Ecos. Para llegar a esta cumbre, debemos ir al Pas del Príncep, el collado que se ve más a la izquierda. Desde el Pas, flanquearemos las tres agujas del Bitllot por el otro lado para llegar al collado intermedio, desde el cual ascenderemos directamente a la Miranda.

Tras descender al Torrent del Lloro, el sendero asciende por su otra vertiente, con la mole de la Miranda omnipresente.

El sendero se pierde al cruzar placas de conglomerado, pero en este tramo, las marcas del PR sirven como guía.

Llegamos así al Pas del Príncep. Siguiendo adelante llegaríamos al Coll de Port, pero como antes queremos visitar la Miranda, tomamos el senderillo que se abre a mano derecha, marcado con un pequeño hito.

Tras descender por una empinada ladera terrosa unos metros, el sendero avanza paralelo a la pared de la Agulla Inferior del Pas de Príncep, de momento sin dificultad.

Pero pronto llegamos al primero de los pasos de flanqueo que dificultan el acceso a la Miranda. Se trata de tres pasos en los que la pendiente por la que tenemos que andar se ve invadida por una panza de conglomerado que impide un paso directo. Para superarlos, debemos agarrarnos a la panza e ir andando en lateral para asegurar el paso en lo que es un tramo sin mucha dificultad pero expuesto.

Los pasos no tendrían ningún misterio de no ser porque la pendiente por la que andamos se convierte en pared pocos metros más abajo, por lo que un resbalón está prohibido. En caso de terreno mojado o helado, desaconsejaría totalmente el ascenso a la Miranda.

Si el suelo está seco, como es nuestro caso, los flanqueos no tienen mayor misterio que agarrarse bien a la roca con las manos e ir andando con cuidado. Afortunadamente, los tramos donde barriga de conglomerado sale más, son también los menos expuestos, aunque los flanqueos pueden impresionar a los menos avezados.

Un último flanqueo y nos plantamos en el collado previo a la Miranda del Príncep.

Cumbre que tiene una forma curiosa, con dos bulbos rocosos separados por una empinada canal. Precisamente por esta canal conquistaremos el pico.

La canal es la típica que se puede encontrar en Montserrat, extremadamente empinada y descompuesta, pero con árboles que permiten ascender con más facilidad.

30 metros de trepada y llegamos a la ancha cumbre de la Miranda del Príncep, un 100 cims de la FEEC y una de las cumbres más conocidas del sector occidental de Montserrat.

Esta cumbre, al estar separada del laberinto de agujas, es un mirador magnífico de los tres sectores occidentales de Montserrat. Empezamos la panorámica con el más alto de los tres, los Ecos, con la Miranda dels Ecos en su parte central, separando el Montgròs, a la derecha, y las agujas de los Aurons, a la izquierda. Los Ecos nos impiden ver el resto de Montserrat, escondido detrás de esta muralla.

Hacia el norte y muy cercanos, tenemos los espectaculares Frares Encantats, en mi opinión la región más bella de Montserrat. La tremenda aguja de la derecha es la Roca Gran del Pas del Príncep, bajo la cual pasa el sendero al Coll de Port. En posición central, el más alto de los Frares, el Frare Gros. Y, finamente, a la izquierda, la tríada más famosa de la región: la Monja, el Bisbe, semi-escondido y ocultando su terrorífica cara norte, y, finalmente, el inconfundible Lloro, con su pico siempre avizor.

Al oeste, la caótica región de Agulles con sus mil formas.

Y, al sur, el terreno se desploma sobre el Bruc y la llanura del Penedès.

Descendemos con mucho cuidado la canal, con el Bitllat justo enfrente escondiendo detrás el Pas del Príncep.

Y, con aún más cuidado, desandamos los flanqueos. Aunque en la foto la perspectiva engañe y el vacío no esté tan cerca, no se debe menospreciar el paso porque nos puede dar un susto.

El día de diciembre es corto y las sombras van ganando terreno, cubriendo el Coll de Port, donde debemos dirigirnos ahora.

Desde el Pas del Príncep al Coll de Port hay un paseo, llegando con comodidad a este importante paso, donde saltaremos a la sombría cara norte de la montaña.

Desde el Coll de Port tomamos el sendero a Can Maçana, pasando a estar bajo la inquietente presencia de los Frares. Al primero, el Frare Cirili, ya lo podemos ver entre el oscuro follaje.

Empieza quizás ahora la parte más espectacular de la circular, puesto que el sendero pasa justo por debajo del imponente frontón septentrional de los Frares, para muchos, la gran pared de Montserrat, pues, aunque las hay de más altas, es sin duda de las más impresionantes.

Las paredes de los Frares son tan verticales que incluso desploman, dando la sensación de que esta pared de más de 200 metros se te está precipitando encima.

Al saltar a la cara norte, tenemos el panorama septentrional despejado, destacando el otro gran macizo de la Catalunya Central, Sant Llorenç del Munt, con sus dos principales cumbres el Montcau y la Mola. Más lejos, los dos grandes núcleos del Montseny, el Matagalls y el Turó de l'Home.

El Sol está en la posición perfecta para proyectar perfectamente la sombra de Montserrat a nuestros pies, pudiendo incluso distinguir algunas agujas, como la torcida silueta del Lloro.

Al apartarnos un poco de la pared, aparece el sector oriental de Montserrat, representado por su cumbre más alta, Sant Jeroni, que también tiene una señora cara norte.

Tras llanear un rato, empezamos un descenso más acusado a partir de este símbolo, que nos da la oportunidad, si quisiéramos, de volver a saltar a la cara sur por el Portell Estret. Nosotros seguimos bajando hacia Can Maçana.

Nos situamos ahora bajo la lisa pared del Serrat del Centenar

Descendemos con fuerza por el camino, pasando por un frondoso bosque de encinas hasta llegar...

...hasta un bonito balcón desde el cual se ve media Catalunya: desde las dos moles del Montsec a la izquierda hasta el Port del Comte a la derecha, dejando todo el centro libre para el Pirineo, con poca nieve para las fechas.

Tras un último tramo de descenso, nos unimos al buen sendero que va de Can Maçana hasta la Abadía de Montserrat, camino que recorre por el norte todo el macizo.

Pero aún nos queda la guinda del pastel para la jornada de hoy, puesto que visitaremos la Roca Foradada, cuyo gran ojo es una de las grandes atracciones de Montserrat. Aunque parezca que esté colgada de la pared, se puede acceder a la ventana por su parte trasera.

El sendero pasa justo por debajo y la rodea por la derecha, entrando de nuevo bajo la jurisdicción de les Agulles, que vuelven a aparecer.

No podemos olvidarnos de mirar atrás para ver la aguja con la que termina la arista de la Roca Foradada: la curiosa Cadireta.

Un gran hito señala el inicio de un terroso camino que sube al principio por una incómoda ladera.

A mitad del ascenso, empiezan a aparecer cortos resaltes que superamos con la ayuda de cuerdas.

En poco tiempo, llegamos al prodigioso agujero de la Roca Foradada.

El tamaño de la ventana es mucho mayor del que parece desde lejos y tiene una forma perfectamente triangular.

La Roca Foradada es, además, un soberbio mirador de la impresionante pared de los Frares, con el Bisbe mostrando sus mejores galas mientras el sol invernal ilumina su cabeza con sus últimos rayos.

Al otro lado del ojal, el modesto Castell de la Guàrdia esconde detrás de su cónica cima el collado de Can Maçana, final de nuestra jornada de hoy.

Tras bajar de nuevo al camino, en unos minutos llegamos al Coll de Guirló para cerrar la circular, finalizando nuestra ruta en Can Maçana poco rato más tarde. Sin embargo, no nos resistimos a girar la cabeza para gozar por última vez de este panorama tan mágico y único que nos ofrece Montserrat, montaña de altura modesta pero de belleza incomparable.