El arco de piedra del Cadí
Cap de Sadorn (1.637 m) y pont natural de l'Afrau dels Cortalets
El puente natural de l'Afrau dels Cortalets
En el extremo oriental del Cadí, en plena zona de transición con el Moixeró, encontramos uno de los mejores ejemplos de puente natural que se pueden hallar en el Pirineo. Situado en una remota ladera en la parte alta del Torrent de la Muga, en medio de ninguna parte, el arco de l’Afrau dels Cortalets impone por su tamaño y por la ventana que forma, mostrando vistas hacia el Tancalaporta y el Puig Terrers, considerados como el final por el este del augusto Cadí. Su ubicación tan lejana hace que la visita al arco sea una exigente excursión, pero también muy completa, con una primera parte protagonizada por los preciosos hayedos que cubren el tramo inferior del Torrent de la Muga y una segunda parte, ya en las alturas, donde destacan las vistas hacia el Alt Berguedà. Además, se propone un breve añadido con el ascenso al modesto Cap de Sadorn, un excelente mirador de la parte más agreste del Torrent de la Muga, que forma en su tramo intermedio un angosto y vertical desfiladero dominado por las sinuosas formas calizas que evidencian que aún estamos en territorio del Cadí.
Desnivel910 m
Longitud12,7 km
Altura mínima950 m
Altura máxima1760 m
Dificultad técnicaNula. Subida por pedreras empinadas en el último tramo.
Track en WikilocMapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix
El inicio de esta ruta es el parking de la Dou del Bastareny, donde hay sitio para 10-20 coches. La pista para llegar a la Dou está en bastante buen estado, pudiendo pasar cualquier coche que no sea muy bajo sin muchos problemas. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace a Google Maps.
La ruta comienza en el aparcamiento de la Dou del Bastareny, el caudaloso manantial del río homónimo, que visitaremos al regreso. Por ahora, cruzamos el Pont de Monnell por la pista cerrada al tráfico y empezamos un suave ascenso.
Desde el primer momento ya disfrutamos de unas vistas soberbias del extremo oriental del Cadí, donde nace el Torrent de la Muga, cuyo cauce recorreremos casi en su totalidad.
Tirando de zoom, vemos el Coll de Tancalaporta, con la cima homónima a la derecha, y el Puig Terrers a la izquierda, considerados como las últimas cimas del Cadí. Debajo del Cap de Tancalaporta, distinguimos el gran espolón del Cap de Sadorn e incluso podemos intuir algunos de los puentes naturales que jalonan la zona, aunque no el que vamos a visitar.
Cuando la pista traza una pronunciada curva para dirigirse a la masía de Monnell, la abandonamos para tomar una pista secundaria que sigue por el fondo del Torrent de la Muga.
La pista cruza el barranco en varias ocasiones mientras asciende de forma muy suave, en un plácido recorrido por el bosque.
De vez en cuando, el bosque se abre lo suficiente como para permitirnos ver los tremendos riscos que, mucho más arriba, culminarán en el Puig Terrers, despuntando entre el precioso hayedo que luce sus mejores galas primaverales.
Tras recorrerla casi 4 km, la pista termina en las cercanías de la masía de la Muga, en estado totalmente ruinoso. Un sendero aparece del rellano donde termina el carril y empieza a ascender por el margen derecho del barranco.
Tras unos pocos metros, el sendero nos obliga a cruzar el cauce del Torrent de la Muga por penúltima vez en la ida. El caudal no es muy elevado, por lo que podemos vadear el río sin demasiados problemas.
Tras cruzar al otro margen del Torrent de la Muga, procedemos a ascender, primero por un empinado hayedo y, tras cruzar otro barranco, por la pelada ladera situada al sur del Cap de Sadorn. Al entrar en terreno despejado, tenemos la oportunidad de observar la segunda mitad del Torrent de la Muga hasta su confluencia con el Bastareny, aproximadamente en la vertical de la bicéfala Serra de Gisclareny.
El sendero va ganando altura mediante zigzags que hacen la pendiente algo más llevadera. Mientras tanto, vemos como al otro lado del ahora invisible Torrent de la Muga, empiezan a aparecer verticales riscos.
Cuando llegamos al collado con el Cap de Sadorn, que distinguimos delante, empezamos a otear los riscos para poder ver cuál de ellos es el Pont Natural. No tardamos mucho en identificarlo, pues, a pesar de que la ventana queda escondida por la perspectiva, podemos apreciar la forma de puente a la perfección.
Desde los prados de la Pleta dels Cortals, donde estamos situados, el acceso directo queda imposibilitado por las paredes del Cap de Sadorn, por lo que debemos descender hasta el fondo del Torrent de la Muga, cruzarlo y ascender por la otra vertiente. Arriba, las pendientes nevadas del Tancalaporta cada vez se encuentran más cercanas.
Un tenue sendero parte del collado para emprender un suave descenso que nos lleva al tercer y último vadeo (al menos de la ida) del Torrent de la Muga.
Una empinada ladera terrosa o pedregosa (podemos escoger cuál de las dos opciones es la menos desagradable) es el primer tramo que debemos superar en nuestro ascenso final hacia el puente natural.
De nuevo andando por el sendero, vemos un pilar calizo sobre nuestras cabezas que sirve como una buena referencia visual.
Cuando llegamos a los pies del mencionado risco, vemos un tubo pedregoso por el que subimos una treintena de metros hasta que los hitos nos indican subir por una empinada canal boscosa que nos llevará a la cima de la torre caliza por su parte trasera.
Desde la canal boscosa ya podemos ver muy cercano el arco de l'Afrau, al que llegamos realizando una media ladera por la parte superior del tubo por el que hemos ascendido.
Cuando llegamos a la altura del puente natural de l'Afrau dels Cortalets, ya podemos apreciar su magnitud, aunque vale la pena adentrarse en su interior para ver sus dimensiones con más detalle.
Así a ojo se puede dimensionar el arco en unos 20 metros de altura en el vértice del ángulo y unos 30 metros de anchura, teniendo en cuenta la base de la obertura. Probablemente sea uno de los arcos naturales más grandes de la península.
Y, probablemente, también sea uno de los más bellos, pues el arco es una ventana con un paisaje de postal detrás. El Puig Terrers nos muestra sus mejores galas primaverales asomando por encima de las clásicas "arrugas" o estratos paralelos que son tan característicos del Cadí u otros macizos calizos.
Desde el Puig Terrers, una muralla desciende de forma ininterrumpida hasta prácticamente la Dou de Bastareny. En segundo plano, las alturas de Ensija con la Gallina Pelada, su cima más alta, situada en su extremo derecho.
Para descender, seguiremos el mismo camino prestando más atención en las sinuosas formaciones rocosas que escoltan el Torrent de la Muga.
Como esta torturada pared con dos caras bien diferenciadas: la inferior, lisa y curvada, y la superior, rota y con algún pino sobreviviendo en pequeños recovecos.
Una vez situados de nuevo en el collado, decidimos acercarnos a la pequeña cumbre del Cap de Sadorn, presuponiendo que ofrecerá unas bonitas vistas del desfiladero que forma el Torrent de la Muga en este tramo.
Tras superar, no sin dificultad, una primera barrera arbustiva, navegamos entre el laberinto de matorrales y jóvenes pinos que impiden un acceso directo al Cap de Sadorn.
El punto más alto del Cap de Sadorn es una selva y no hay hito ni nada que se le parezca remotamente.
Pero no hemos venido a ver la cumbre del Cap de Sadorn, sino aquello que, si nos acercamos a un extremo de la cima, podemos observar en casi toda su plenitud.
Y no es otra cosa que el torturado cauce del Torrent de la Muga, que, en este tramo de su recorrido, entra en un agreste y profundo desfiladero bastante impresionante, bien jalonado de espolones y lisas paredes repletas de agujeros y otras formaciones rocosas.
Tras esta corta visita, en la que nos hemos llenado de arañazos, retornamos al camino para, ahora ya sí, emprender el retorno definitivo al coche pasando por...
...los preciosos hayedos del Torrent de la Muga.
Y, una vez en el coche, sería un pecado no visitar, dada su cercanía, las fuentes de la Dou del Bastareny, que, aunque siempre ofrecen un espectáculo visual, en esta época primaveral están pletóricas de agua, siendo un aderezo perfecto para esta bonita jornada.