La cara más amable del macizo del Mont-Roig
Pic de Campirme (2.633 m)
El Campirme, al fondo del valle de Estaon, desde Montesclado
El Pic de Campirme es la montaña más amable del macizo que coronan el dueto Mont-Roig y Ventolau, el cual separa los valles de Àneu y de Tavascan, en uno de los rincones más bellos del salvaje Alt Pirineu. A diferencia de la mayoría de montañas de este macizo, la cumbre del Campirme destaca por su benevolencia, pues se trata de una gran pradera de más de un kilómetro de longitud con su parte más alta constituyéndose como un extenso altiplano en el que se levantan varias cotas de escasa categoría, que se levantan apenas unos metros sobre el terreno circundante. Si nos pusieran en el interior de esta llanura sin conocer su entorno, nos costaría de creer que estamos en una montaña del agreste Pallars Sobirà.
Sin embargo, el Campirme esconde particularidades que hacen justicia a esta montaña. Y es que estamos hablando de un cuerpo montañoso de un inmenso tamaño que cierra con contundencia por el sur el macizo del Mont-Roig, siendo la única montaña de este grupo que se puede divisar desde buena parte del valle de Cardós y Àneu al tapar su herbosa mole el resto de cumbres del macizo. Desde el gran altiplano superior se desploman empinados circos herbosos que esconden bucólicos lagos y riachuelos que conforman un paisaje de serena belleza. Además, se trata de uno de los picos con mejor panorámica del Alt Pirineu, al estar bastante aislado del resto de cumbres del Mont-Roig y vigilar desde una posición central el Pallars Sobirà. Su ascenso no presenta ninguna dificultad y transcurre por un entorno suave y apto para todos los públicos, al ascender un desnivel moderado de forma agradable y gradual. Por todo ello, el Campirme es una magnífica opción si se quiere disfrutar de una de las mejores vistas del Pallars a un precio muy barato, que va a satisfacer a todos los montañeros que se decidan un día ascender a esta apacible cumbre.
Desnivel1050 m
Longitud11,4 km
Altura mínima1.705 m
Altura máxima2.633 m
Dificultad técnicaNula. Ascenso por suaves y herbosos senderos.
Track en WikilocMapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix
El punto de partida de esta excursión es la estación de esquí de Tavascan, justo antes del Refugi de la Pleta del Prat. Hay abundantes plazas para aparcar. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace a Google Maps.
Los colores del otoño ya se empiezan a notar en este remoto rincón del Pirineo. En el parking de la estación de Tavascan no hay nadie hoy ya que tanto la estación como el Refugi de la Pleta del Prat están cerrados.
En el refugio hay varios carteles informando de varias de las rutas que se inician en este refugio. Nosotros debemos seguir el Itinerari de Mascarida.
Siguiendo un maltrecho camino que sale de detrás del refugio (no la pista de esquí, que utilizaremos para bajar), nos volvemos a encontrar con un cartel indicado ya con el nombre del Campirme.
Seguimos entonces esta pista cubierta enteramente de hierba para encontrar el sendero que recorre el Barranc de Mascarida.
Dicho y hecho, unos metros más allá encontramos el inicio del sendero.
El sendero sube de forma gradual por la ribera derecha del Barranc de Mascarida, que nos separa de las pistas de esquí, que se encuentran en el otro lado del barranco.
Lo bueno que tiene esta ruta es que desde el mismo inicio tenemos unas vistas fabulosas del fondo del valle de Tavascan y sus grandes cumbres, que son de las más salvajes y solitarias de todo el Pirineo.
Tras un inicio en el que tenemos que sortear alguna pedrera, el sendero se acerca al barranco para sortear un promontorio rocoso.
Después, el camino se aleja del río para entrar en una canal herbosa, que es de lo más empinado del día.
A media canal, tomamos un merecido descanso como excusa para contemplar el Pic de Flamisella, bien escoltado por el Pic de Marterat, a la izquierda, y el Pic de Certascan, la mayor altura de este sector fronterizo.
Cuando salimos de la sombría canal, en total contraste, entramos en terreno totalmente soleado justo en el punto donde el Torrent de Mascarida gira hacia el oeste para entrar en su último tramo.
En terreno de las sombras dejamos la pista de esquí, que sigue valle arriba bajo el Tuc de la Cima. Por ahí volveremos.
Nosotros seguimos al barranco, que entra en un precioso rellano herboso bajo los contrafuertes del Pic de la Coma del Forn.
Además, por primera vez en toda la jornada, ya vemos la gran masa del Campirme, bajo la cual se intuye la cubeta del Estany de Mascarida.
Encaramos la última pendiente herbosa antes de llegar al Estany, salvada por el siempre claro sendero con cómodas lazadas.
Y así, llegamos al Estany de Mascarida, uno de los lagos pirenaicos de apariencia más bucólica en mi opinión. Detrás del Estany, vemos los riscos que conforman la cara noreste del Campirme, nuestro objetivo de hoy.
Para ascender a esta montaña, utilizaremos la loma que se ve en la foto. Para acceder a ella, el sendero utiliza una empinada pendiente herbosa que se distingue en el extremo izquierdo de la foto.
Esta ladera, que salva algo más de 100 metros de desnivel, es lo más duro del día, pero es perfectamente asumible gracias a las constantes lazadas del camino, que mitigan la pendiente.
Atrás dejamos el Estany de Mascarida, que tiene un entorno espectacular con el bicéfalo Montforcado a la izquierda y el Pic de la Coma del Forn (el más alto de su entorno inmediato) a la derecha.
El último pico que cierra la cubeta donde se encuentra el lago es precisamente al cual nos dirigimos. El Campirme desde aquí tiene una apariencia bastante agreste, nada que ver con la gran meseta que se encuentra en su parte superior.
Tras subir unos 150 metros de desnivel, podemos observar la totalidad de la cubeta donde se alojan los estanys de Mascarida y el hasta ahora escondido Estany del Diable.
Tras superar esta pendiente, llegamos al collado donde nos unimos a la loma este del Campirme, abriéndose el panorama hacia el este, donde destaca en una posición central, la augusta Pica d'Estats.
Nos restan 150 metros de desnivel para llegar al extenso altiplano del Campirme.
Mientras vamos ascendiendo, el panorama septentrional, que hasta ahora quedaba limitado por el Pic de la Coma del Forn, se va descubriendo. En el caso de la foto, podemos ver el segundo al mando del macizo en el que estamos presentes, el Ventolau, que supera en altura pero no en esbeltez a su inmediato congénere, el Pic dels Tres Estanys.
El terreno no puede ser más sencillo y cómodo, como a lo largo de toda la excursión. Es por ello que recomiendo esta ruta a todo tipo de caminantes y de todas las edades, el Campirme es un pico muy agradecido.
Y lo es no solo por su sencillez, también por sus dilatadas vistas, como estas de las montañas que cierran el valle de Tavascan por el norte: el solitario Pic de Mariola y el mucho más fácil Pic de Montarenyo que, con las agrestes puntas que los escoltan por el sur, forman la cubeta glacial del Estany de Mariola.
En esta subida por la apacible ladera, podemos confirmar el gran contraste que hay en el Pic de Campirme: desde las grandes praderas casi llanas, como la situada en su cumbre o en la loma en la que estamos, a las verticales pendientes surcadas de canales y roquedos que delimitan la práctica totalidad de esta montaña.
Cuando estamos llegando a la aparentemente homogénea parte somital de la montaña, vemos como se van destacando puntas del herboso rellano. Nos dirigimos al que tenemos inmediatamente a la izquierda.
Desde esta cota, descubrimos la punta donde se encuentra el hito que señala la cumbre del Campirme, bien escoltada entre la Torreta de l'Orri y las montañas de Espot.
Y así, llegamos a la apacible cumbre del Campirme, donde tomamos un panorámico descanso.
Desde la cumbre, la Serra de Campirme sigue aún bastantes kilómetros en suave descenso hasta llegar a Lo Cuco, la montaña situada justo debajo de la Torreta de l'Orri, donde empieza un abrupto descenso justo en el punto donde se une la Noguera Pallaresa con la Noguera de Cardós, cuyos valles separa el mismo Campirme.
Pero de la misma cumbre del Campirme sale un desconocido valle tributario al de Cardós en cuya cabecera se encuentran varios bucólicos lagos: el valle de Estaon. Cerrando por el otro lado este precioso valle se encuentra la Serra Plana y la Serra Mitjana, que termina en su extremo sur en el puntiagudo Pui de Tabaca.
Acercándonos a la punta más oriental de la montaña, tenemos una soberbia vista del fondo del valle de Tavascan y Lladorre con todas sus grandes cimas: Flamisella, Certascan, Broate y la Pica. En la parte inferior izquierda de la foto se ve perfectamente la loma por la que hemos ascendido, que une el Campirme con el Tuc de la Cima.
Girando hacia el oeste, más allá del boquete de la Bonaigua, que nos separa del Valle de Arán, vemos los grandes macizos pirenaicos de la Maladeta (culminada en la montaña más alta del Pirineo, el Aneto), el Posets, el Monte Perdido y el Perdiguero.
Tras un buen rato contemplando medio Pirineo, empezamos la vuelta yendo a buscar de nuevo el inicio de la loma. En esta vuelta, apreciamos la inmensidad de la meseta herbosa de la cumbre del Campirme, que es tan grande y homogénea que apenas las cumbres más altas del macizo destacan sobre ella, pudiendo ver ahora junto al Ventolau la principal montaña del sector, el alargado Mont-Roig.
En nuestro regreso, pasamos junto a muchas de estas estructuras rocosas, que nos hacen recordar que el Campirme fue parte de la línea del frente del Pallars de la Guerra Civil. La montaña está recorrida por una buena dosis de trincheras y precarios búnkers.
El regreso no tiene más historia que la de desandar todo el camino recorrido, primero volviendo al Estany de Mascarida para volver a recorrer, ahora en sentido inverso, el Torrent homónimo.
La única variante que implementaremos en el retorno es que, al llegar a la bifurcación donde podemos escoger entre volver por la canal herbosa o por la pista, seguiremos el sendero que nos lleva por la segunda vía.
Una vez en las pistas de esquí de la estación de Tavascan, solo tendremos que seguir los telesillas para llegar a la estación y, por consiguiente, al parking, cerrando esta fácil y bonita ruta.