El techo de la caldera del Teide

Alto de Guajara (2.717 m) desde el Parador

El Alto de Guajara desde los Roques de García

El colosal cono volcánico del Teide, principal cumbre de Tenerife y también de toda España, se yergue en el centro mismo de la isla. Y así como cae de forma gradual pero continua hacia el norte, la caída hacia el sur se ve interrumpida por la gran caldera de las Cañadas del Teide, un impresionante edificio volcánico que rodea la montaña con una espectacular pared colorida. Este extenso reborde, de altura más o menos homogénea, se encarga de proteger el paraje conocido como Cañadas del Teide, un alargado y desolado páramo situado entre el muro del mencionado circo y el mismo Teide. Esta extensa caldera, una de las mayores del mundo, se cree que tiene su origen en un cataclísmico deslizamiento de tierras hacia el mar, hace unos 180000 años, que empezó precisamente en estos escarpes, cicatriz de esta hecatombe. Entonces, la caldera no es sino parte del agujero que dejó este corrimiento de parte de la isla, quedando el circo como mudo testigo de lo que antes era un edificio volcánico de altura muy superior.

La muralla, que tiene casi 30 km de longitud, tiene varias puntas con formas muy características producto de su origen volcánico, habiendo un gran contraste entre su vertiente exterior a la caldera, que cae hacia el océano suavemente, y su vertiente interior, que es una gran pared de la que se desprenden torreones magmáticos de torturado aspecto y gran tamaño. De todas las cumbres que conforman la muralla, la principal es el Alto de Guajara, siendo la única de ellas que supera los 2600 (y también los 2700) metros. Controlando desde una posición central las Cañadas del Teide, es el mejor mirador posible del gigante canario que tiene justo enfrente y muy cercano, a poco más de 5 km. Su ascenso es muy sencillo y rápido, pues la caldera está situada a una altura más que notable, por lo que en una mañana podemos subir a la segunda montaña del archipiélago canario (descontando el Pico Viejo y la Montaña Blanca, cumbres secundarias del Teide), y gozar de sus maravillosas vistas.

FICHA TÉCNICA

Desnivel650 m

Longitud11,1 km

Altura mínima2.150 m

Altura máxima2.717 m

Dificultad técnicaNula. Descenso por un camino pedregoso y algo incómodo pero sin dificultad.

Track en Wikiloc

Mapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix

Acceso

El inicio de la ruta es el parking de la ermita de las Nieves, contigua al Parador. En el caso de que esté lleno, se puede aparcar en el parking de los Roques de García, situado muy cerca. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace a Google Maps.

Fotodescripción

Empezamos nuestra andadura en el parador de las Cañadas, situado en medio de la caldera del Teide, cuyo pico va a ser omnipresente en toda la jornada.

Con la pared del Alto de Guajara delante de nosotros, avanzamos por un sendero que nos deja...

...en la ancha pista del itinerario de las 7 Cañadas, que vamos a seguir momentáneamente hacia el este. Encima de nosotros tenemos la Degollada (collado, en canario) de Ucanca, que utilizaremos para el descenso.

Avanzando por la cómoda pista en suave ascenso, vamos rodeando las peculiares estructuras rocosas que se desprenden de la pared principal del Alto de Guajara, de múltiples colores y agujereadas como un queso Gruyere.

Nuestro primer objetivo es rodear la montaña por el norte para entrar por su cara este.

En nuestro camino, podemos ver formaciones rocosas como esta tremenda torre formada por pequeñas estructuras redondeadas, tan propia de las chimeneas volcánicas, muy habituales en las Cañadas, con varios ejemplares en los cercanos Roques de García.

No tardamos en llegar al desvío hacia la Degollada de Guajara, el collado que vemos en lo alto de la ladera. Como se puede observar, todos los senderos están muy bien indicados y marcados.

Ascenderemos cerca de 200 metros de desnivel por la pedregosa ladera, que sería incómoda de no ser por el magnífico camino que la recorre.

No tardamos en llegar a la Degollada de Guajara, punto donde nos unimos al cordal que rodea la caldera.

Al otro lado, hacia el sur, se puede observar como desde las montañas que forman este cordal, la caída hacia el sur es más suave que hacia el norte, llegando prácticamente al océano Atlántico tras un descenso de más de 2000 metros.

Hacia el otro lado, el protagonista es claro. El Teide atrae todas las miradas tanto por belleza como por magnitud, no en vano nos separan de él casi 1500 metros de desnivel. Y eso que estamos a más de 2300 metros.

Pero nuestro objetivo de hoy es más modesto. Para llegar al Alto de Guajara nos quedna algo menos de 400 metros de desnivel, que vamos a salvar por su cara sur, más dócil que la escarpada vertiente septentrional.

Empezamos rodeando unos escarpes arenosos por una ancha vira.

Poco más adelante, abandonamos el camino principal, que baja del cordal hacia el sur, para empezar a ascender al Alto de Guajara.

El ascenso transcurre por una vaguada arenosa con escasa vegetación que cada vez va menguando más.

En la parte alta de este vallecito, los arbustos prácticamente desaparecen, teniendo que trazar una diagonal para abandonar la vaguada y llegar a la ladera que se ve a la izquierda.

Una vez ahí, el sendero traza zigzags hasta que llega a una bifurcación. De momento seguimos recto, aunque tendremos que volver aquí para tomar el camino de descenso, el que va a la izquierda.

La cumbre de Guajara, muy cercana, es una desolada extensión de amarillentas piedras y pequeños matorrales.

Tras coronar la cumbre, empezamos a gozar de las dilatadas vistas que se disfrutan desde esta cumbre, la más alta del archipiélago canario fuera del Teide. Hacia el este, el abrupto cordal que delimita la caldera de las Cañadas sigue su largo trayecto hasta la lejana montaña de Izaña, donde se ubica el observatorio astronómico del Teide.

El panorama septentrional está enteramente ocupado por la intimidante presencia del Teide, de la que podemos ver todos los detalles. Desde las negras coladas que caen de sus hombros hasta las curiosas manchas blancas de su parte alta, finalizando con el característico cono cimero. Una montaña inigualable.

Con cuidado, nos asomamos a los abismos del Alto de Guajara para constatar que aquí también hay todo tipo de rocas volcánicas, cada una con su color característico.

Mirando hacia el sureste descubrimos con sorpresa que ha aparecido la otra gran isla del archipiélago canario: Gran Canaria. Como se puede apreciar de su onírica silueta, Gran Canaria también es muy montañosa, aunque con unas alturas muy menores a las tinerfeñas.

Como el Alto de Guajara está justo en la parte intermedia de la caldera, el otro segmento del cordal se puede distinguir igual de bien, destacando la bonita montaña del Sombrero, tras la cual aparece la otra isla vecina de Tenerife: la Gomera. A la derecha de la foto, completamos las islas con la lejana silueta de la Palma.

Para volver, desandamos nuestros pasos hasta la bifurcación de la cumbre y tomamos el camino que nos faltaba, por el cual volveremos al parador por la cara oeste de la montaña.

En un primer momento, el sendero apenas pierde desnivel y va rodendo cercados que asumo que serán para el ganado.

Repentinamente, el terreno se ve interrumpido por un desplome. Para salvarlo, el sendero nos conduce hacia una marcada brecha.

El camino aprovecha este pronunciado corte en la pared para salvar el muro, descendiendo por un empinado tubo de piedrecilla.

Sobre la mitad de la canal, el camino se arrima a la pared izquierda y empieza a trazar zigzags para descender con mayor rapidez.

Al llegar a la base de la pared, trazamos una larga diagonal para encaminarnos a la Degollada de Ucanca, que ya tenemos cercana.

Desde el collado se observa perfectamente el marcado corte en la pared por el que hemos descendido de las alturas de Guajara.

El camino de descenso hacia el Parador no sale del mismo collado sino que tenemos que avanzar unos metros más por el filo del cordal hasta llegar a este cartel.

Con el Parador claramente visible en medio del páramo, empezamos lo que será el descenso más incómodo de la jornada por la gran cantidad de piedrecilla que cubre el sendero.

Finalmente llegamos a la base de este colorido pico, desde el que el descenso a la pista de las 7 Cañadas es un paseo.

Una vez cerrada la circular, tomamos el camino que nos llevará de nuevo al Parador.

Parador desde el cual tenemos esta magnífica vista del Alto de Guajara, una montaña que vale la pena ascender para conocer un poco más la preciosa isla de Tenerife desde una perspectiva algo distinta.