El panorámico faro de la Litera
San Quílez (1.084 m) desde el Mas Blanc
El San Quílez, a la izquierda, desde el Montpedró
La frontera septentrional de la comarca aragonesa de la Llitera coincide con la Sierra de la Carrodilla, primer macizo del Prepirineo aragonés por el este. Con alturas bastante modestas, que superan por poco los 1100 metros, y con un atractivo estético más bien anodino, al ser domos ocupados por matorrales, el interés montañero sería bastante escaso de no ser por las soberbias panorámicas que se tienen desde sus cumbres sobre todo el Pirineo. Al ocupar esta sierra una posición central y muy alejada de la cordillera, ofrece vistas dilatadísimas de la mayor cadena montañosa del país. En el extremo oriental de este macizo se encuentra la segunda cumbre más importante de la sierra, el San Quílez, cuya cima, la más individualizada y destacada de todo el macizo al estar completamente separada del resto, es la que tiene unas mejores vistas por esta razón. Además, es la única que permite una buena perspectiva del principal accidente geográfico de la región: el descomunal tajo del congosto de Mont-Rebei, que, junto a las nevadas cumbres del Pirineo, brinda una panorámica sin igual que colmará las expectativas de cualquier excursionista que desee ascender esta modesta cumbre.
Desnivel320 m
Longitud8,8 km
Altura mínima760 m
Altura máxima1.084 m
Dificultad técnicaNula
Track en WikilocMapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix
El inicio de esta ruta es el caserío del Mas Blanc, cerca del Collado de Saganta. En las afueras del caserío, hay un rellano que permite el aparcamiento de varios coches. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace a Google Maps.
Desde el Mas Blanc tenemos muy cercana la cumbre del San Quílez, que se levanta 300 metros por encima de nuestras cabezas. Realizaremos casi todo el desnivel en el primer tramo de la ruta de hoy.
Desde el rellano donde hemos dejado el coche, parte una tenue pista que avanza primero por un prado...
...y luego por la linde de un campo de cereal, bien crecido debido a las recientes lluvias que caídas en la zona.
Al otro lado del campo, la pista se convierte en un sendero que empieza a ganar altura con decisión.
Una ganancia de altura que se compensa con las vistas que empezamos a tener de la verde frontera entre la Llitera y la Ribagorza, con las montañas catalanas al otro lado del invisible cauce de la Noguera Ribagorçana.
Río cuyo recorrido intuimos gracias a la abertura que ha horadado en la sierra del Montsec, formando uno de los accidentes geográficos más notables de toda la cordillera.
Entre otras, divisamos dos de las grandes sierras exteriores del Prepirineo de Lleida: la Punta d'Ossos y la alargada Serra de Sant Miquel.
El sendero deja el encinar y empieza a subir por la cara este del San Quílez, en un ascenso corto pero intenso.
En poco menos de una hora desde que hemos salido, llegamos a la ermita de San Quílez, que marca el punto más alto de esta cumbre.
Desde la cima del San Quílez, vemos la frontera entre la llanura de la Llitera, a la derecha, y las sierras exteriores prepirenaicas, a la izquierda, entre las que destacan, aparte de los ya mencionados Montessor y Punta d'Ossos...
...la aguda cumbre del Montpedró, con la ermita de Sant Salvador en su cumbre; la primera montaña viniendo desde el llano...
...el gran domo de Sant Mamet, enclavado en el centro de la comarca catalana de la Noguera...
...y el desfiladero de Terradets, horadado por la Noguera Pallaresa y gemelo al de Mont-Rebei, que separa, en este caso, el Montsec de Rúbies a la derecha, del de Ares a la izquierda.
Al norte, deberíamos tener una vista diáfana de lo más granado del Pirineo. Sin embargo, el día está muy nuboso y, fuera de las bases nevadas de las grandes montañas pirenaicas, no podemos ver nada más. El límite de lo enteramente visible se encuentra en la sierra del Sis, último bastión prepirenaico antes de la cordillera principal, de la que podemos apreciar perfectamente las grandes paredes calizas de una de sus principales cumbres, el Mallo Brocoló.
Hacia el oeste, más allá del vértice geodésico, se extiende la amplia llanura del Somontano, que llega hasta donde alcanza la vista. Precisamente en esta dirección comenzamos a andar para iniciar el descenso.
El descenso, mucho más largo que el ascenso, transcurrirá enteramente por pistas. La primera es la que lleva hasta la misma cumbre del San Quílez y que debemos utilizar para descender por su arista noroeste.
En la bajada, tenemos la oportunidad de identificar las otras cumbres de la Sierra de la Carrodilla, como el Buñero, su máxima altura, en el centro de la foto, o la cúpula del Berguelli, tercera cumbre de la sierra, situada a la derecha del primero.
Al llegar a un collado en la sierra, la pista nos conduce a un primer cruce de caminos, donde debemos tomar la pista que gira a la derecha y que nos permitirá descender de la sierra.
Durante el descenso, las nubes comienzan a dispersarse, permitiéndonos disfrutar de una perspectiva completa de la gran muralla del Prepirineo: la triple sierra del Montsec.
También podemos admirar la colosal fortaleza pétrea del Turbón, que domina con contundencia el panorama septentrional, por encima del pueblo colgado de Purroy.
Y, por fin, se despeja una pequeña parte de la cordillera pirenaica, revelando parte del macizo de Cerler, desde el Pico Gallinero a la izquierda, hasta la cresta del Castanesa, en el centro.
Al llegar al gran rellano situado al norte del San Quílez, encontramos un nuevo cruce de caminos y debemos tomar ahora la pista de la derecha, que ya no abandonaremos hasta alcanzar el Mas Blanc.
Todo el recorrido realizado previamente por la arista noroeste del San Quílez lo hacemos ahora a la inversa, pero desde la base de la montaña, que sirve en todo momento como referencia visual.
Aunque monótona, la caminata se ve amenizada por las siempre impresionantes vistas del profundo boquete de Mont-Rebei, que separa el Montsec de l'Estall, a la izquierda, del Montsec de Ares, a la derecha.
Y, así, en suave ascenso, regresamos al Mas Blanc, donde daremos por finalizada esta corta circular por este fantástico faro que es el San Quílez.