El pico más norteño del valle de Benasque
Sacroux (2.674 m) por Gorgutes
El Sacroux, a la derecha de la imagen, desde la Tuca de la Glera
El Sacroux es la cumbre que marca el extremo más septentrional del valle de Benasque. Situado en una remota esquina del valle de Gorgutes, este característico cabezón metamórfico está incrustado en una recortada cresta con dos vertientes muy diferenciadas: mientras que la cara francesa se presenta como una muralla oscura y quebrada, la cara española desciende en suaves pendientes herbosas de inclinación moderada, lo que convierte al Sacroux en la cima más accesible de todo el valle de Gorgutes. Su excéntrica posición, desgajada más al norte del resto del cordal fronterizo, hacen del Sacroux en una de las escasas atalayas desde las que se puede contemplar la vertiente francesa de todas las montañas de la frontera, generalmente más agreste que la española. El ascenso al Sacroux combina, por tanto, una gran recompensa con un esfuerzo moderado, ya que lo tiene todo: panorámicas excepcionales, el recorrido por un valle encantador, el paso por un ibón de postal y la conquista a una de las grandes cumbres del macizo de Gorgutes. En definitiva, una ruta imperdible.
Desnivel900 m
Longitud9 km
Altura mínima1.800 m
Altura máxima2.674 m
Dificultad técnicaFácil
Track en WikilocMapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix
El inicio de esta ascensión es el final de la carretera del valle de Benasque, pasado el desvío al Hospital de Benasque. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace a Google Maps.
Nos encontramos en el aparcamiento del final de la carretera del valle de Benasque, inicio de todas las rutas hacia el valle de Gorgutes, en lo que será una soleada y calurosa jornada de agosto.
Tras superar el primer tramo por el bosque, el más abrupto y empinado, alcanzamos las extensas praderas que conforman la entrada del valle, con alguna de sus cumbres asomando por primera vez.
Vadeamos el caudaloso barranco de Gorgutes, cuyas aguas provienen del ibón por el que pasaremos en un rato, mediante un curvado puente y pasamos al otro lado del valle.
Ahora debemos salvar el gran resalte que defiende el ibón de Gorgutes, que el sendero supera trazando una larga diagonal para llegar a su parte superior.
El Valle de Gorgutes es un valle colgante que está situado justo en el punto donde el valle del Ésera traza un brusco hacia el este, por lo que es un soberbio mirador del tramo final del Valle de Benasque y, especialmente, del extremo occidental del macizo rey de los Pirineos, el macizo de la Maladeta, que concluye por este lado con la gran medialuna del Pico de Alba.
Superado el resalte, giramos a la izquierda y aprovechamos una loma para adentrarnos en el tramo superior del valle de Gorgutes, cuyo final está presidido por...
...el inconfundible Sacroux, cuyo casquete rocoso y cresta final están ya ocupados por montañeros.
El valle se encajona en una angostura enteramente ocupada por el Ibón de Gorgutes, que bordeamos por la derecha para después cruzar una tartera en diagonal, que nos dejará en...
...el Puerto de la Glera, desde el que ya vemos los insondables vacíos de la cara francesa de las montañas fronterizas.
Pero nuestro objetivo está en la dirección opuesta. Siguiendo un buen camino, señalizado con marcas de pintura, debemos seguir avanzando por el fondo del valle para ir hacia su cabecera, el circo que conforman el Sacroux y la mole rocosa del Estauas, que empieza a asomarse por encima del resalte que delimita el vallecito por la izquierda.
El sendero recorre la vertiente derecha del valle, enteramente herbosa, a diferencia de la pedrera que ocupa el lado opuesto.
Pronto alcanzamos la base del Sacroux, cuya cima se aplana por efecto de la perspectiva. Tras atravesar una pedrera, el sendero nos guía hasta unas placas que defienden las laderas herbosas que conducen a la cumbre.
Desde este punto se distinguen claramente los 150 metros de desnivel que restan hasta la cima. Ascendemos primero por una escalonada pared rocosa para después trazar una diagonal por una vira herbosa entre las dos paredes para situarnos bajo el collado occidental del Sacroux, ascendiendo hasta el mismo primero por una empinada pendiente herbosa y luego por una descompuesta pero breve tartera.
La placa rocosa, más tumbada de lo que parecía, se supera en su mayor parte caminando, gracias a los escalones naturales tallados en la roca.
Este tramo nos eleva unos 50 metros, tras lo cual el sendero traza numerosos zigzags por las laderas herbosas.
En el último tramo, una pedriza metamórfica nos hace sudar un poco más, pero es breve, y pronto llegamos...
...al collado occidental del Sacroux.
Desde aquí, solo nos resta una fácil trepada de unos 20 metros por el casquete metamórfico para coronar...
...la cumbre del Sacroux, también conocido como Sacrotz. Estamos sobre una de las cumbres del cordal fronterizo que se extiende hacia tierras catalanas, delimitando el valle del Ésera por el norte, con montañas tan legendarias como la tremenda pirámide del Salvaguardia o el afilado Pico de la Mina, con sus inseparables agujas.
Pero toda montaña palidece ante la Maladeta, cuyos glaciares, cada vez más menguados, retroceden dejando al descubierto lisas placas de granito. Aunque desde aquí el gran protagonista del macizo es el Pico de la Maladeta, el rey pirenaico —el Aneto— también puede distinguirse, más a la izquierda.
El panorama meridional queda oculto tras la sombría pared rocosa del Estauas, uno de los grandes desconocidos del valle.
Y para cerrar la panorámica, quizás la vista más bella desde esta cima: la colorida muralla de las montañas de Remuñe y Lys, adustas, feroces y en su mayoría bastante complicadas.
Si tuviera que quedarme con dos de estas severas montañas, sin duda serían esta pareja: el pilar rocoso del Boum y la terrible pared del Maupas, dos de los tresmiles con más carácter del Pirineo.
El descenso no tiene mayor historia que descender por el mismo itinerario, dirigiéndonos primero hacia la recortada Tuca de la Glera, situada sobre el puerto homónimo, y luego ir descendiendo por el valle hasta su final.
Y con este precioso contraste entre las sombras y el iluminado ibón de Gorgutes, con las Maladetas de fondo, cerramos esta bonita ruta por el siempre agradecido Sacroux.