Del cordal principal del macizo de la Maladeta, el más alto de los Pirineos, parten varias aristas secundarias que, perpendiculares al espinazo primario, conforman crestas de notable entidad. La más importante de estas aristas secundarias es la que, naciendo en el Pico Maldito, rodea la cubeta del Ibón de Cregüeña, separándola de los valles de Vallibierna y de Coronas. En esta arista encontramos algunas de las cimas más solitarias de la Maladeta, pues muchas de ellas no llegan a la cifra de los 3000 metros, y esto ya se sabe que es decisivo para captar la atención de los pirineístas. Sin embargo, también encontramos picos que superan la cota mágica, como por ejemplo las agujas de la Crencha de Cregüeña y, por supuesto, el protagonista de esta reseña: el Aragüells. El Pico de Aragüells es la montaña más individualizada de todas las que componen la arista de Cregüeña. Elevándose aproximadamente a mitad del recorrido de dicha arista, esta montaña tiene una forma peculiar.
