Coronando el tercer macizo del Montseny

Puig Drau (1.345 m), el Sui (1.319 m) y Turó del Samont (1.273 m)

El Sui y el Puig Drau desde el Turó del Samont

En esta ruta, se propone ascender a las tres cumbres mayores del Pla de la Calma en un recorrido, en su mayor parte plácido, por pistas y buenos senderos que nos permiten gozar en todo momento de las dilatadas panorámicas que ofrece este rincón del Montseny, con una vuelta algo más aventurera en la que nos adentraremos en los frondosos y aislados bosques situados en la cara norte del Sui, ofreciendo un itinerario muy completo y variado por este tercer macizo del Montseny, a menudo olvidado injustamente a pesar de su serena belleza.

El Montseny tiene, aparte del binomio Turó de l’Home-Les Agudes y el Matagalls, un tercer submacizo, el menos importante en cuanto a altura y categoría. Se trata del Pla de la Calma que, como bien indica su nombre, es un altiplano de un tamaño más que notable que tiene sus principales cumbres cayendo sobre el valle del Montseny. Entre las modestas elevaciones que se alzan sobre el gran rellano, destaca especialmente el Puig Drau, su mayor montaña, cuya altitud queda aún así lejos del Turó de l’Home o el Matagalls, cumbre de la cual el Pla de la Calma está separado por el afamado Coll Formic, punto de unión de este cordal con el resto del Montseny.

De esta ancha meseta se desprenden varias aristas, que generalmente mantienen la tónica de este amable macizo. La más relevante de estas aristas es la sureste, pues presenta las otras dos grandes cumbres de esta zona del Montseny: el Sui y el Turó del Samont. Esta arista difiere notablemente del resto del Pla de la Calma al presentarse como un cordal bastante airoso y pedregoso, con cumbres de considerable carácter, al menos si se compara con las otras regiones del submacizo, redondeadas y estéticamente poco atractivas, zonas representadas por el masivo y achaparrado Puig Drau. Mucho menos transitado que sus dos hermanos mayores, y con perspectivas magníficas de estos, el macizo del Pla de la Calma ofrece una alternativa mucho más solitaria para disfrutar de un paseo por los famosos bosques del Montseny.

El Turó del Samont desde el Pla de la Calma

FICHA TÉCNICA

Desnivel650 m

Longitud14 km

Altura mínima950 m

Altura máxima1.345 m

Dificultad técnicaTramo sin camino por un bosque empinado en el descenso del Turó del Samont

Track en Wikiloc

Mapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix

Acceso

El inicio de esta ruta es la segunda curva por encima de la masía del Molar de la pista que sube desde la localidad de Montseny hasta el Pla de la Calma. La pista, que en general está en bastante buen estado con algunos tramos algo más deteriorados, es apta para la mayoría de turismos que no sean demasiado bajos. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace a Google Maps.

Fotodescripción

Iniciamos la ruta en una curva de la pista que seguíamos con el coche. Hemos estacionado aquí porque esta misma curva conecta con la pista secundaria por la que cerraremos la excursión. De momento, sin embargo, continuamos caminando por la pista principal, que nos llevará al altiplano del Pla de la Calma.

La pista es bastante larga y puede resultar monótona, ya que debemos recorrer casi 4 km para alcanzar lo alto del macizo, en su mayoría atravesando un bosque que limita las panorámicas. Al principio, podemos ver el Turó del Samont al otro lado del Riu Major y cerrando la arista SE del Pla de la Calma, que recorreremos casi por completo. Entre el tupido bosque del Montseny, los únicos claros son los abiertos alrededor de las masías que emergen entre la fronda, como la del Molar, justo debajo de nosotros.

Al superar los 1100 metros, el bosque desaparece y entramos en una larga diagonal rodeada del matorral que cubre la parte alta del Montseny.

Tras pasar por el Collet de la Ventosa, la pista empieza a desviarse para entrar en el Pla de la Calma, revelándose la cumbre del Sui, que no parece gran cosa vista desde aquí, situada a la derecha del Turó de Samont, mucho más llamativo por sus manchas de color verde claro resultado de los hayedos que aparecen en su cara norte.

En un momento dado, la pista abandona la cara sur del Puig Drau y se adentra en un paisaje mucho más llano y desolado: hemos llegado al Pla de la Calma.

Curiosamente, la pista cambia de color y adquiere un tono rojizo debido a la mayor presencia de arcillas en el suelo. Tras caminar unos minutos por el altiplano, llegamos a un cruce de caminos y giramos a la derecha para tomar la pista que sube hasta la tercera gran cumbre del Montseny.

Ascendidos unos 50 metros la cima del Puig Drau aparece en el cercano horizonte, que compartiremos con unas antenas y placas solares.

Desde el Puig Drau, destacan especialmente las dos grandes masas que limitan todo panorama hacia el norte. En primer lugar, el macizo más alto e importante del Montseny, del que se pueden apreciar casi todas sus cumbres: empezando por los abruptos Castellets, que culminan en la cumbre más hermosa del macizo, les Agudes; siguiendo por las aplanadas cumbres del Turó de l'Home Mort y del Catiu d'Or; continuando con el domo del Turó de l'Home, cima del macizo; y finalizando con el rellano artificial del Puig Sesolles, coronado por su instalación militar.

A la izquierda del Coll de Sant Marçal encontramos el segundo macizo del Montseny, el colosal Matagalls, que, aunque por escasos metros, es ligeramente más bajo que el primero y está coronado por una gran cruz dedicada al ilustre poeta Jacint Verdaguer.

El resto de direcciones tienen su vista limitada por la propia altura del Pla de la Calma y por la nubosidad que empieza a formarse y cuyo incremento va a amenazar la jornada, divisándose en dirección oeste apenas la franja superior de los Cingles de Bertí. Por ello, regresamos al cruce de caminos por el que pasamos hace un rato.

Al llegar de nuevo al cruce de caminos, tomamos ahora el que se dirige a la izquierda y que desciende una veintena de metros hacia los Plans de Vallfornès.

En pocos metros, encontramos una nueva bifurcación, debiendo tomar ahora el camino izquierdo, que nos llevará a lo alto del Sui.

Con el Sui en el horizonte, la pista empieza un suave ascenso por la incipiente arista SE del Pla de la Calma, cuya primera elevación en el modesto Turó del Socarrat, que aparece precediendo al Sui.

La inestabilidad atmosférica va en claro aumento y observamos cómo nubes cada vez más negras rodean el macizo del Turó de l'Home . No pasará mucho tiempo antes de que escuchemos los primeros truenos.

La arista se torna rocosa en el paraje conocido como Roca Roja, donde la roca, poco común en la mayor parte del macizo, aflora en el herboso cordal.

El sendero aprovecha una corta canal abierta entre los riscos para...

...volver a encaramarse a lo alto de la arista, ya muy cerca de la amplia loma del Sui.

Cumbre a la que llegamos en unos pocos minutos y que está coronada por un montón de pizarras.

La primera mirada se dirige al Puig Drau, de donde venimos, que parece captar los escasos rayos de luz que logran filtrarse entre las nubes de tormenta.

El Sui es un magnífico mirador de la zona más meridional del Montseny, atravesada por la Riera de Vallfornés. Al otro lado del valle se observa la rama principal de la arista SW del Pla de la Calma, con la cónica cumbre del Serrat de l'Ollar y el bicéfalo Turó Monner, con varias pedreras en su cara este. A la derecha del Serrat de l'Ollar, se llega a distinguir la afamada cumbre del Tagamanent coronada por su santuario, una de las cumbres más emblemáticas del Montseny.

Finalmente, dirigimos la mirada hacia el siguiente objetivo, el Turó del Samont, cuya estampa resulta bastante atractiva, realzada por los jirones de niebla que acarician sus bosques.

El descenso del Sui es bastante abrupto ya que debemos bajar por un sendero que, debido al paso frecuente de bicicletas de montaña que abundan en la zona, han deteriorado el terreno y lo ha vuelto muy resbaladizo. Desde el Coll del Roure Gros, así se ve la bajada realizada.

Tras ascender a otra cota secundaria, el Turó d'en Cuc, y realizar el correspondiente descenso, nos aproimamos al Collet dels Pous d'en Bessa, un punto clave, ya que desde aquí iniciaremos la bajada. Antes, sin embargo, debemos coronar el Turó del Samont, precedido por el Turó del Pi Novell. Como se puede apreciar, la arista es bastante accidentada y repleta de cotas pedregosas que nos obligan a subir y bajar continuamente.

Al Collet dels Pous d'en Bessa llega una pista proveniente del valle del Tordera. La seguimos unos metros pero la abandonamos rápidamente...

...en pos de un sendero, marcado con la señal de PR, que nos llevará al Turó del Samont.

La tormenta nos sorprende en lo alto del Pi Novell pero, afortunadamente, no resulta tan intensa como temíamos y nos roza sin alcanzarnos de lleno. Desde aquí se aprecia lo que queda hasta llegar a la cumbre, primero un descenso al Coll del Pi Novell y, después, una última subida de casi 100 metros de desnivel.

El sendero asciende por el lado derecho de un espinazo rocoso que tenemos que coronar.

Finalmente, alcanzamos la cresta somital del Turó del Samont, cuya cumbre nos aguarda al otro lado mientras vemos como los últimos retazos de la tormenta se desvanecen.

Tras un breve cresteo, coronamos el vértice geodésico del Turó del Samont, la última cumbre destacada de esta arista SE y una de las cumbres más importantes de todo el Montseny.

El Puig Drau ya queda lejos, y precisamente por ello obtenemos una visión más global de esta masiva montaña, cumbre del Pla de la Calma. Vemos a su vez todos los zigzags de las pistas que surcan sus laderas y nos fijamos en una curva en particular: aquella cuyo vértice marca la frontera entre la sombra y el sol. Allí hemos dejado el coche y allí debemos regresar.

Y regresaremos por las empinadas laderas boscosas que caen al norte del Sui, cuya pelada cumbre vemos en el extremo opuesto de la arista que hemos recorrido.

Hacia el sur, los "turons" del Montseny van perdiendo potencia hasta fundirse con la llanura del Vallès.

Llanura que vemos apareciendo tras la Roca Centella, extendiéndose hasta Collserola y el Garraf, cuyas sombras se distinguen en el horizonte. En primer plano, destaca la serpenteante línea de hayas que cubre, curiosamente, el fondo del barranco del Sot de la Baga d'en Cuc como si fuera algún tipo de animal fantástico.

Tras descansar plácidamente en la cima del Turó del Samont, ya bajo el agradable sol de mayo, nos disponemos a regresar de nuevo al punto de inicio de nuestra ruta. Para ello, primero desandamos nuestros pasos hasta alcanzar nuevamente el Collet dels Pous d'en Bessa. Allí, vamos en busca del mencionado tomando un tenue sendero que se interna en el bosque de la derecha.

Tras descender una veintena de metros, llegamos al pozo de hielo d'en Bessa, de un tamaño más que notable. Estos pozos de hielo son bastante habituales en el Montseny, ya que aprovechaban la abundante precipitación que cae en esta zona y el frío que hace en sus partes altas para tener hielo durante todo el año.

A partir de aquí, comienza la aventura. Sabemos que a unos 700 metros en línea recta en dirección norte, encontraremos un camino que, si seguimos en sentido contrario, nos llevará el coche. Desde donde estamos hasta el mencionado punto, tenemos que avanzar sin sendero por un frondoso bosque procurando no perder demasiada altura. De momento, observamos un rastro que sale desde el otro extremo del pozo de hielo y empieza a descender.

Tras descender un resalte terroso, empezamos el recorrido horizontal por el hayedo que, afortunadamente, está bastante limpio, circunstancia que facilita el avance.

En nuestra andadura, empezamos a fijarnos que en algunos árboles, hay pintadas unas marcas blancas que aparecen con cierta continuidad. La presencia de estas marcas coincide, aproximadamente, con el mejor trayecto a través del bosque, por lo que, a partir de ese momento, decidimos seguir dichas señales.

Al abandonar el hayedo, el bosque se empieza a ensuciar y resulta más difícil escoger el mejor paso. En este punto, seguir las marcas (incluso llegamos a toparnos con una cuerda azul) es aún más importante.

Al atravesar el Serrat Llarg, el paisaje se abre momentáneamente y podemos divisar la cumbre del Sui en lo alto de la ladera. Sabemos que el punto donde tomaremos el camino está más o menos sobre su vertical así que intentamos calcular la distancia a recorrer en base a esta referencia.

Tras superar algunos tramos más complicados debido a la frondosidad del bosque y la gran inclinación de la ladera, llegamos a una especie de balcón situado por encima de un barranco. El sendero que debemos tomar cruza el riachuelo que fluye por este barranco por lo que tenemos que bajar hasta el fondo del mismo.

Sorprendentemente, el cauce del barranco se encuentra libre de maleza, y podemos descender junto a las aguas sin dificultades.

Aproximadamente en este punto, cuando vemos este barril (los cerdos llegan a lugares realmente recónditos), debemos cruzar el barranco y buscar el inicio del sendero entre la maleza.

El inicio del sendero puede resultar difícil de encontrar por la abundante vegetación que ha invadido los alrededores del barranco.

Pero, una vez encontrado, cada metro que avanzamos vemos como mejora la calidad del sendero, que debía ser un antiguo carril probablemente utilizado por los extractores de hielo del pozo que visitamos anteriormente.

Al llegar al barranco del Sot del Riumajor, bastante caudaloso, lo vadeamos para acceder a la cara sur del Puig Drau.

Al otro lado del barranco, el sendero se transforma en pista, la misma que, en menos de un kilómetro, se unirá a la pista donde hemos dejado el coche, justo en la curva donde lo hemos aparcado.

Y con el Turó del Samont vigilándonos las espaldas, concluimos esta ruta circular por el tranquilo macizo del Pla de la Calma, habiendo podido conocer sus grandes cumbres.