La cumbre más agreste de las Guilleries
Roques del Rei (852 m) y Goteres (919 m) desde Sant Salvi de Cladells
La cima de les Roques del Rei
Enclavado entre la densa cubierta forestal de les Guilleries, un gran peñasco destaca en la parte oriental de este macizo. Los abruptos riscos de les Roques del Rei constituyen una curiosa excepción en un paisaje dominado por suaves cumbres boscosas. Formada por dos grandes roquedos, el primero y más alto, hendido por la mitad, y el segundo, de menor tamaño, esta montaña no debe su nombre a ningún monarca montañero. sino a la masía situada a sus pies, una de tantas que, antaño, aprovechaban los abundantes recursos naturales de la zona para subsistir. Su despejada cumbre de roca, algo poco habitual en esta región, convierte a les Roques del Rei en un excelente mirador sobre este extenso pulmón verde formado por les Guilleries y el Montseny, del que tendremos una de las mejores panorámicas posibles. Estas vistas junto al agradable recorrido por un bosque de gran belleza, hacen de esta excursión una opción perfecta para una jornada matinal apacible y tranquila, con atractivos en cualquier época del año.
Desnivel520 m
Longitud11,4 km
Altura mínima490 m
Altura máxima919 m
Dificultad técnicaNula. Fácil caminata por senderos y pistas bien marcados excepto en el ascenso a la cumbre de Goteres, donde debemos ascender 40 metros por un bosque sucio y algo empinado.
Track en WikilocMapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix
El inicio de la ruta es el Monestir de Sant Salvi, al que se llega por una pista empinada pero en muy buen estado que nace de la carretera GI-551, junto a la autovía del Eix Transversal. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace a Google Maps.
Comenzamos a caminar, en lo que será una nubosa jornada, siguiendo la pista del monasterio de Sant Salvi de Cladells, hoy reconvertido en espacio para eventos de todo tipo. Continuamos subiendo por la misma pista que veníamos siguiendo con el coche, de forma muy suave, en lo que será la tónica general de casi toda la excursión.
La pista, bastante encharcada debido a las lluvias de los últimos días, se acerca a la masía del Vilar, aunque ignoramos el desvío que conduce a la casa y subimos por la izquierda.
La zona es un hervidero de pistas, circunstancia que complicaría la orientación de no ser por la aparición de una serie de marcas rojas, bastante profusas, que nos guiarán directamente a la cumbre. En cada bifurcación, encontraremos siempre una marca roja indicando la dirección correcta.
Después de un rato de avance, las marcas rojas nos desvían brevemente de la pista principal para visitar...
...la Pedra dels Evangelis, un monolito con las letras “ML” y “MA” talladas en su superficie. Esta roca marcaba antiguamente la frontera entre los obispados de Vic y Girona, mediante las parroquias de Sant Miquel de Cladells (ML) y Santa Margarida de Vallors (MA).
Tras volver a la pista, giramos ahora hacia el norte, donde ya asoman, entre los desnudos troncos de haya, los riscos de les Roques del Rei. A partir de aquí, la pendiente de la pista se acentúa notablemente, en lo que será la subida más intensa del día.
En la siguiente bifurcación, ignoraremos la marca roja para seguir la pista que pasa por debajo de les Roques del Rei, buscando un acceso más directo. Poco después, justo cuando estamos en la vertical de la montaña, tomamos una pista secundaria a mano derecha que sube con decisión para llegar...
...a una plantación de abetos, que atravesamos para alcanzar...
...al collado septentrional de nuestra montaña, que muestra desde aquí una cara más dócil.
Recuperando las señales rojas, avanzamos por la pista hasta un rellano, donde nace un sendero que sube por la cara norte del pico.
Ascendemos los 40 metros de desnivel que nos quedan por el bosque para llegar rápidamente a la cima de...
...les Roques del Rei, donde encontramos una cruz, tras la cual se abre una vista prácticamente completa del gran macizo boscoso de Catalunya: el núcleo del Montseny-Guilleries. A la izquierda de la cruz...
...una vista completa del cuerpo principal del Montseny, con el soberbio peñasco de les Agudes destacando frente al más sobrio Turó de l'Home.
A la derecha contemplamos el segundo macizo más alto del Montseny, el Matagalls, del cual vemos su cara más abrupta.
Mirando al oeste, contemplamos la zona de transición entre el Montseny y les Guilleries, salpicada de masías que aparecen desperdigadas por los barrancos, con las casas de Sant Hilari Sacalm asomando a la izquierda de la foto.
Al norte, tras la vertiginosa caída de la roca del Rei más septentrional, se extiende el corazón de les Guilleries, un auténtico laberinto de bosque, barrancos y colinas donde destaca, majestuosa...
...la cima de Sant Miquel Solterra, la montaña más bella y altiva de todo el macizo, además de la más alta.
Finalmente, hacia el sur, el panorama queda parcialmente oculto por la roca más meridional, que presenta también una buena caída. Sin embargo, si retrocedemos unos metros, encontramos un buen mirador hacia el sur.
Al estar en la parte más exterior de les Guilleries, tenemos una perspectiva clara de todo el panorama meridional. Más allá del monasterio de Sant Salvi de Cladells, donde hemos dejado el coche, vemos el valle de la Riera de Santa Coloma, tras el cual la Prelitoral se vuelve a levantar brevemente antes de precipitarse sobre la Plana de Girona. En el horizonte, la Cordillera Litoral cierra el paisaje, con su punto más alto, el Montnegre, claramente destacado a la derecha.
Entre el follaje de la cumbre, vislumbramos nuevamente el collado norte de les Roques del Rei, de donde venimos, y dos colinas detrás de Cal Cigala. La de la derecha, que recibe el nombre de Goteres, es la más alta del sector y, para alargar un poco la excursión, decidimos visitarla.
Descendemos de la cima y retomamos la pista que sube por detrás de Cal Cigala, desde la cual les Roques del Rei ofrecen una estampa menos imponente que la vertiente sur, pero igualmente atractiva en su perfil más suave y recogido.
La pista continúa su subida hasta un collado, punto en el que giramos a la derecha para bordear el Goteres por su cara norte.
Cuando intuimos que estamos aproximadamente bajo la vertical de la cima, abandonamos la pista y acometemos el ascenso final. Nos esperan apenas 40 metros de desnivel por un bosque algo enmarañado, aunque sin llegar a ser incómodo del todo.
Tal como preveíamos, la cima del Goteres, coronada por un gran pilón de cemento que sostiene el vértice geodésico, no tiene visibilidad, al quedar totalmente cubierta por la vegetación. Ascender a esta cumbre no es que aporte mucho valor añadido a lo realizado.
Lo único que alcanzamos a vislumbrar, entre los claros del follaje, es la parte inferior del Canigó, que luce bastante manto nival. Algo es algo.
Tras este corto desvío, emprendemos el regreso, completando el rodeo al Goteres, primero por el este, y luego por el sur, siguiendo la pista de la derecha.
Al llegar al collado norte del Puig Rodó, tomamos un desvío a la izquierda para iniciar un fuerte descenso, bordeando esta cima por su vertiente sur.
A medida que nos acercamos de nuevo a les Roques del Rei, ignoramos las marcas rojas que nos invitarían a regresar a la cumbre y seguimos fieles a la pista descendente. El camino vadea el Sot de la Mina y recorre la ladera oriental de les Roques del Rei, dirigiéndose hacia el sur.
Mientras bajamos, alcanzamos a ver las peñas de la cumbre, en las que hemos estado hace un rato.
En el siguiente cruce, abandonamos la pista principal, que sube hacia Cal Rei, y tomamos la de la izquierda, al principio en peor estado pero mejorando rápidamente.
A partir de ahora solo nos quedará ir bajando por la pista, tomando algún atajo como el de la foto para acortar distancia, para llegar de nuevo al punto de inicio.
Y de esta forma llegamos nuevamente a Sant Salvi de Cladells, concluyendo esta corta pero interesante excursión por uno de los sectores más solitarios de les Guilleries.